La situación hídrica en la cuenca del Elqui es crítica, aún más sumando a la de la región de Coquimbo. La proyección sobre el agua embalsada de la Junta de Vigilancia del río Elqui y sus afluentes para el fin de temporada de riego, 31 de agosto, es precisa, en el caso que no existan precipitaciones en el año, dejando en el embalse Puclaro a fin de temporada de riego un total de 8 MH3 de agua embalsada, equivalente al 4% de su capacidad.
El embalse Puclaro está a una capacidad del 7% y el embalse La Laguna está al 32% y bajando, son 25,7 MH3 de agua embalsada que queda en la cuenca para el resto de la temporada.
Estamos en los meses de mayor demanda hídrica, que parte en noviembre y perdura hasta febrero, una de las estrategias que realizó la Junta de Vigilancia del río Elqui, en años anteriores con buenos resultados en la distribución de aguas, es el adelantamiento de volúmenes; que permite al usuario solicitar un porcentaje adicional de su dotación accionaria en el periodo de más riego, para así devolverlo en la temporada de menos uso del recurso hídrico. Esto, pensando en la uva (exportación y pisco), que sigue siendo uno de los mayores cultivos en la Cuenca.
Alex Cortés Flores, Ingeniero Repartidor de la Junta de Vigilancia del río Elqui, comentó que: “Hoy estamos en la curva de más alta demanda hídrica de la temporada, son 2 MH3 extras que se reparten hoy, que comenzarían a devolverse a partir de los meses de marzo en adelante. Si en el año no tenemos nieve o lluvia, cumplimos con la entrega del recurso hídrico al término de la temporada 23-24”, sentenció el Juez de río.
Desde la Academia, el modelador hidrológico del Laboratorio PROMMRA de la Universidad de La Serena, Sebastián Norambuena Hernández, señaló que, de persistir la falta de precipitaciones, se prevé que para agosto de 2024 los embalses Puclaro y La Laguna podrían alcanzar niveles de almacenamiento de entre 8 y 10 MH3, teniendo en cuenta el desmarque que se está llevando a cabo.
“Lo que se proyecta, con un invierno sin precipitaciones para la temporada 24-25, es que la cuenca generaría alrededor de 40-45 MH3, o sea menos de la mitad de lo que generaría en esta temporada actualmente, por lo tanto, los embalses ya estarían prácticamente sin ningún volumen almacenado”, indicó el experto de PROMMRA.
Cómo ayudar en el cuidado del agua en la cuenca
El llamado es a cuidar el agua en la cuenca, además, de las medidas domésticas: Reducir el tiempo de ducha, arreglar fugas, reutilizar agua en actividades domésticas, y ser consciente de cómo se utiliza el recurso en nuestras rutinas diarias son pequeñas acciones que generan un gran impacto colectivo.
Un factor negativo es la creación de pozas en el río, las cuales aumentan en la temporada estival a más de 800, según el último registro de la JVRE. Las aguas, en cualquiera de sus estados, son bienes nacionales de uso público, así lo estipula el artículo 5 del Código de Aguas, los bañistas son más que bienvenidos en el río, sin embargo, la creación de pozas genera un estancamiento en las aguas y con ellos una disminución de velocidad en el caudal, por consecuencia afectan negativamente la entrega del recurso hídrico, poniendo en jaque a los regantes.
Mantener los canales y terrenos limpios es una manera de prevención, además, la unión de esfuerzos a nivel comunitario es clave. La organización de actividades de limpieza de ríos, charlas educativas, y la promoción de proyectos locales para el cuidado del agua pueden fortalecer el compromiso colectivo hacia la preservación del recurso hídrico, además, de la postulación de la OUA a los recursos dispuestos por el Gobierno este año.
Asimismo la implementación de tecnologías eficientes en el uso del agua es otro punto crucial. Desde sistemas de riego inteligente en la agricultura hasta dispositivos domésticos de bajo consumo, la tecnología puede ser aliada en la conservación del agua.
El verano en Chile y en la región de Coquimbo, especialmente presenta desafíos significativos en la gestión del agua, pero también ofrece oportunidades para promover un cambio positivo. La colaboración entre individuos, comunidades, empresas y el gobierno es esencial para garantizar un uso responsable y sostenible del recurso hídrico. Con educación, tecnología, políticas adecuadas y acciones individuales conscientes, podemos asegurar la preservación del agua para las generaciones venideras y el equilibrio de los ecosistemas en Chile.
¡El cuidado del agua es responsabilidad de todos y todas!