Hasta la fecha más de 150 Comunidades de Aguas Subterráneas (CASUB) han sido establecidas en diversas regiones del país, destacándose especialmente en el Valle Central, la Región de Los Ríos y la Región de Atacama, donde la explotación de aguas subterráneas es crucial para la agricultura y el abastecimiento urbano. Estas comunidades permiten una administración colectiva de los derechos de agua subterránea, facilitando un uso más equitativo y sostenible.
En Chile, existen alrededor de 120 acuíferos que abastecen zonas agrícolas, industriales y urbanas. No obstante, el uso no regulado de las aguas subterráneas ha llevado a una sobreexplotación en varias regiones, sobre todo en zonas del norte y centro del país, como Atacama, Coquimbo, Valparaíso y la Región Metropolitana. Según datos del Ministerio de Obras Públicas (MOP), solo un 5% de las áreas de restricción cuentan con CASUB formalmente constituidas. Esto significa que en muchas regiones se sigue extrayendo agua subterránea sin una organización colectiva ni regulaciones estrictas, lo que pone en peligro tanto la disponibilidad de agua para consumo humano como el equilibrio de los ecosistemas.
El impacto del calentamiento global repercute en un uso creciente sobre los recursos hídricos subterráneos en Chile, donde el 80% de las áreas están bajo algún tipo de restricción o prohibición debido al sobreconsumo o escasez de agua, la conformación de estas comunidades es crucial para asegurar el acceso equitativo y el manejo responsable de este recurso vital.
Importancia de las CASUB en la Gestión Hídrica
Una CASUB es una organización legal que agrupa a los propietarios de derechos de aprovechamiento de aguas subterráneas dentro de una cuenca o acuífero. Su objetivo principal es gestionar de manera colectiva la extracción del agua, asegurando su uso equitativo y evitando la sobreexplotación del recurso.
La formación de una CASUB conlleva múltiples beneficios tanto para los usuarios como para el medio ambiente. En primer lugar, fomenta la cooperación entre los diferentes actores que utilizan el recurso, lo que ayuda a prevenir conflictos por el uso del agua. Al gestionar conjuntamente los derechos y las extracciones, se asegura una distribución más justa y eficiente del agua disponible.
Además, las CASUB desempeñan un papel crucial en la sostenibilidad del recurso. Mediante la implementación de prácticas de monitoreo y control, estas comunidades pueden prevenir la sobreexplotación de las aguas subterráneas, garantizando su disponibilidad para futuras generaciones. Este enfoque colectivo también facilita la adopción de medidas de conservación y protección del acuífero, contribuyendo a la preservación de los ecosistemas asociados.
Proceso de Conformación de una CASUB
Conformar una CASUB implica varios pasos clave. Primero, las comunidades interesadas deben organizarse y definir sus objetivos comunes en relación con la gestión del agua subterránea. Posteriormente, es necesario registrar los derechos de uso de agua en el Conservador de Bienes Raíces y en el Catastro Público de Aguas de la Dirección General de Aguas (DGA).
El proceso también requiere la elaboración de un plan de manejo que incluya la distribución de derechos, las reglas para la extracción y el monitoreo del caudal. Las organizaciones gubernamentales como INDAP y CONADI, así como la DGA, brindan apoyo técnico y asesoramiento para facilitar este trámite y asegurar que las comunidades cumplan con los requisitos legales. Asimismo la Junta de Vigilancia del río Elqui, que busca impulsar estas comunidades.
Beneficios Ambientales y Sociales
La creación de CASUB no solo beneficia la gestión del agua, sino que también tiene un impacto positivo en el entorno social y ambiental. Al trabajar de manera conjunta, las comunidades fortalecen su cohesión social y desarrollan capacidades de gestión y liderazgo. En términos ambientales, la regulación colectiva de las extracciones contribuye a la protección de acuíferos y la conservación de la biodiversidad asociada.
Un ejemplo destacado es la CASUB en la Región de Valparaíso, donde la comunidad ha implementado sistemas de monitoreo de aguas subterráneas que han permitido detectar y prevenir la contaminación de acuíferos, asegurando la calidad del agua para todos sus habitantes.
Mirando hacia el Futuro
Con la ampliación del plazo para la conformación de las CASUB hasta abril de 2025, se espera que más comunidades aprovechen esta oportunidad para gestionar de manera sostenible sus recursos hídricos. Las autoridades han enfatizado la importancia de la difusión de esta iniciativa, asegurando que todas las comunidades afectadas reciban la información y el apoyo necesarios para conformarse dentro del plazo establecido.
En conclusión, las Comunidades de Aguas Subterráneas representan una estrategia fundamental para la gestión sustentable del agua en Chile. Al conformarse, las comunidades no solo cumplen con la normativa vigente, sino que también fortalecen su capacidad para proteger y gestionar uno de los recursos más valiosos del país: el agua.
Los beneficios de conformar una CASUB son múltiples:
- Gestión eficiente del agua: Una CASUB permite a los usuarios coordinar sus extracciones de manera ordenada, evitando que se extraiga más agua de la que puede recargar naturalmente el acuífero. Esto es fundamental en un contexto de sequía prolongada, como la que Chile ha experimentado durante más de una década.
- Prevención de conflictos: Al establecer reglas claras sobre la cantidad de agua que cada usuario puede extraer, se minimizan las disputas entre los usuarios de un mismo acuífero, que de otro modo podrían surgir por el uso indiscriminado del recurso.
- Protección de los ecosistemas: Las CASUB permiten un control más riguroso sobre el impacto ambiental de la extracción de agua, evitando la degradación de humedales, ríos y otros cuerpos de agua que dependen de la recarga de acuíferos.
- Fortalecimiento de la organización comunitaria: Las comunidades locales adquieren un mayor control sobre sus recursos, generando un sentido de corresponsabilidad en el uso y conservación del agua subterránea.
Ley Refuerza la Conformación de Comunidades de Aguas Subterráneas en Zonas de Restricción
La Ley N° 21.586 introduce importantes cambios que afectan directamente a las Comunidades de Aguas Subterráneas (CAS). Una de las disposiciones clave es que en todas las áreas de restricción o zonas de prohibición, declaradas antes del 6 de abril de 2022, se deberá iniciar el proceso de conformación de estas comunidades dentro de un plazo de tres años, el 6 de abril de 2025. Este paso es crucial para asegurar una gestión más efectiva y equitativa de los recursos hídricos subterráneos.
La ley también establece que, tras el vencimiento de este plazo, la Dirección General de Aguas solo autorizará cambios en los puntos de captación a aquellos usuarios que hayan participado en la formación de la CAS. Esta medida refuerza la importancia de las CAS en la administración del agua subterránea y asegura que las decisiones sobre el uso del recurso se tomen de manera colectiva y regulada, beneficiando a todos los usuarios involucrados.