Las pérdidas en la tercera sección del río por esta práctica se estiman en 200 l/s por infiltración, lo que es nocivo para el riego sobre todo en tiempos de sequía.
Desde comienzos de diciembre la JVRE detectó la generación de pozas a lo largo del Río Elqui por parte de bañistas, las que se removieron con maquinaria, sin embargo, “la gente no hacía más que esperar que se fuera la maquinaria para reconstruir las pozas, obligándonos a entregar una mayor dotación desde Puclaro para mitigar esta infiltración”, explicó el Gerente de la JVRE, Dagoberto Bettancourt.
La rapidez con que los bañistas rearmaban las pozas implicó que se suspendieran las operaciones de desarme, debido a que los costos hicieron esta operación inviable considerando que cada intervención con maquinaria en la tercera sección tiene un costo de $300.000 pesos.
Se espera que el problema desaparezca en marzo, sin embargo, la JVRE reitera el llamado a cuidar el agua evitando este tipo de prácticas que tanto perjudica a los regantes y usuarios del agua en general.