Déficit nival alcanza el 73% pese a recientes nevadas en cordillera elquina

Los embalses regionales mantienen niveles críticos, el deshielo primaveral puede ser un pequeño alivio para afrontar la próxima temporada. 

La reciente caída de nieve en la cordillera del Valle del Elqui dejó cifras positivas, pero aún insuficientes para enfrentar el escenario de escasez hídrica que afecta a la Región de Coquimbo. Según datos de la Junta de Vigilancia del Río Elqui (JVRE), durante el sistema frontal que afectó a la zona entre el 31 de julio y el 2 de agosto, se acumularon 55 centímetros de nieve nueva, totalizando 68 centímetros hasta la fecha. Esta información corresponde al registro oficial que se reporta a la Dirección General de Aguas (DGA) y cuenta con su validación. Esta cifra refleja un preocupante déficit nival del 73% respecto a un año hidrológicamente normal.

“Este era el evento que estábamos esperando, y por eso activamos completamente nuestro programa de estimulación de precipitaciones. Aun así, estamos lejos de una recuperación. Para que la cuenca tenga condiciones normales se requieren al menos 2,5 metros de nieve acumulada en cordillera”, explicó Alex Cortés, gerente e ingeniero repartidor de la JVRE.

El bajo nivel de acumulación nival, clave para la recarga de los embalses durante la primavera, mantiene en una profunda sequía en la región que se extiende por ya más de una década, especialmente considerando que el sistema frontal no generó aumentos significativos en los volúmenes almacenados.

Embalses estancados: sin escorrentía inmediata

Los embalses Puclaro y La Laguna, principales reservas superficiales de la cuenca del Elqui, no mostraron variaciones relevantes tras las precipitaciones. El primero se mantiene con cerca de 40 millones de metros cúbicos, (20% de su capacidad) mientras que el segundo alcanza los 17 millones de metros cúbicos (44% de su capacidad).

El embalse La Laguna sigue marcando un hito negativo en su historial hídrico. Actualmente, sus 17 millones de metros cúbicos acumulados, se mantienen como la segunda cifra más baja de los últimos 12 años. Una situación similar ocurre en el Embalse Puclaro, que con sus  40 millones de metros cúbicos acumulados, también constituye la segunda cifra más baja de almacenamiento en los últimos 9 años.

A nivel regional, según el Centro Científico CEAZA, las acumulaciones nivales alcanzaron entre 60 y 63 centímetros en diversos puntos de la cordillera: La Laguna (Elqui) ; Se trata de un nuevo punto de medición, lo que explica una leve diferencia con nuestros registros. No obstante, a través del programa «Vecinos de la Nieve», el participante más cercano al sector del Embalse La Laguna también reportó una acumulación de 55 centímetros de nieve caída. Tascadero (Limarí) y Casa del Canto (Choapa). No obstante, expertos del Laboratorio PROMMRA de la Universidad de La Serena advierten que estos registros aún no se traducen en aportes líquidos a los embalses, los cuales continúan con niveles críticos.

Diagnóstico regional: leve mejora, situación crítica

De acuerdo a los reportes más recientes:

  • El Embalse La Paloma en Limarí incrementó su volumen en 5,5 millones de m³, pasando de 57 a más de 62 millones.

  • El Embalse Corrales en Choapa superó los 40 millones de m³, aunque su capacidad total es menor.

  • El promedio de llenado en los embalses del Elqui no supera el 20%, y en Limarí el almacenamiento ronda el 10%.

El hidrólogo Sebastián Norambuena, de PROMMRA, explicó que “el evento climático fue transversal en la región, pero el porcentaje de cambio en el volumen embalsado sigue siendo bajo. El aporte más importante llegará con los deshielos entre octubre y noviembre”.

Asimismo, comentó que  “Si se hace una comparativa entre el 30 de julio y el 2 de agosto, a partir de la información que nos entrega la Dirección General de Aguas, hubo un aumento en los volúmenes almacenados de alrededor de un 0,4% en los embalses de Elqui; un 1% los embalses de Cogotí en Limarí, Embalse Recoleta en Limarí, Embalse Corrales y el Embalse El Bato en el Choapa”

Frente a este escenario persistente de escasez hídrica, que es nuestra  una nueva realidad, resulta fundamental no caer en la complacencia  y redoblar los esfuerzos en torno a la gestión eficiente del agua. Las cifras actuales, tanto de nieve como de embalses, confirman que no basta con esperar eventos climáticos favorables: es urgente avanzar en estrategias sostenidas de eficiencia hídrica, innovación tecnológica y fortalecimiento de la organización de usuarios. La sequía dejó de ser una emergencia puntual y se ha transformado en una condición estructural de la cuenca; por ello, el compromiso, la acción colectiva deben ser permanentes para conformar una gobernanza del recurso hídrico. 

Sector Embalse La Laguna 4.08.2025